Cuenta la leyenda que hace más de cien años, el fundador de nuestra Viña, Don Melchor Concha y Toro, escondió una preciada colección de vinos en su bodega privada, que estaba protegida detrás de una reja de hierro forjado. Sin embargo, con el tiempo comenzó a notar que las botellas desaparecían extrañamente. Parecía que este lugar secreto ya no era tan secreto, y que la gente del pueblo, al haber oído hablar de sus exquisitos vinos, no pudo resistir la tentación de probarlos por sí mismos.
 
Sugerencia:
En cuanto al paladar su comienzo destaca por su ciruela negra y las especias, haciendo de este vino muy generoso en sabores. Su estructura final es amplia y redonda, gracias a la presencia de la barrica que se ha integrado de excelente forma. Se puede acompañar o combina perfectamente con todo tipo de asados, quesos maduros y salsas agridulces. Guisos y hierbas son otro punto de unión con este vino.